Londres, París, Nueva York: cuando vamos a una de las metrópolis más chic del mundo damos por sentado que encontraremos grandes (también en el precio) estilistas, los verdaderos tesoros, sin embargo, están escondidos en los lugares más inesperados, dispuestos a sorprender a quienes sepan encontrarlos. Es el caso de Patro, “la mejor peluquera del mundo”: no se divide entre reportajes para Vogue y las pasarelas, ni peina a las caprichosas estrellas de Hollywood, pero ofrece un trato de estrella a todas las que entren a su tienda de Murcia, en el sur de España. Escucha, observa, reflexiona, sugiere, y al final ¡siempre lleva la razón!
¿Conocéis aquella desagradable sensación, esa mezcla de preocupación y duda que acompaña cualquier cambio de look? Con Patro no es así: podéis entregaros a su experiencia con los ojos cerrados, y cuando os veáis en el espejo, vuestro único pensamiento será: “¡Ha dado en el clavo! Esto es exactamente lo que yo buscaba!” Si bien un viaje a propósito podría merecer la pena, hemos intentado robarle a Patro algún secreto:
¿Qué elementos tienes en cuenta a la hora de aconsejar un corte?
En el momento en que una persona decide cambiar de look, son muchos los elementos que hay que tener en cuenta. Antes de nada hay que considerar a la persona en su totalidad, y no limitarse a la forma de la cara y a los rasgos del rostro. Lo más importante es la armonía de la figura en su conjunto: hay que tener en cuenta también los elementos que podrían parecer secundarios como la estructura física de la persona, su carácter, la manera de moverse, el estilo en el vestir. Por ejemplo, no tendría sentido proponerle un corte agresivo a una persona muy tímida: el resultado podría adaptarse perfectamente a la forma de la cara, pero la persona no se sentiría a gusto con su nuevo look. Es importante que el resultado final sea armonioso, proponer un corte que equilibre eventuales defectos en la estructura física y que cree una armonía entre el cuerpo, el carácter y el estilo; solo así nos sentiremos realmente representadas por nuestro pelo.
¿Qué hay del color?
Para aconsejar un tinte siempre hay que tener en cuenta el color de los ojos y de la piel.
Las personas con ojos y encarnado claros son las más “afortunadas", porque todo le va bien.
¿Qué es mejor ¿seguir la moda o recurrir a un corte clásico?
No hay que tener miedo a cambiar, a jugar con el pelo y los peinados. Lo que yo sugiero es no empecinarse en hacerse el “corte de moda”, sino utilizarlo como una fuente de
inspiración, modificarlo, adaptarlo a nuestras exigencias, gustos y estilo de vida.
Hay que atreverse: cambiar el color o el corte da mayor satisfacción que un simple cambio de peinado. Quien tiene miedo a cortarse el pelo o hacer cambios radicales a menudo ha quedado traumatizado por malas experiencias en el pasado. Evaluar con un profesional experto un corte a medida para nosotras, tomando en consideración de manera objetiva los puntos fuertes y débiles, es el primer paso para obtener un buen resultado. Por ello siempre sugiero dirigirse a un estilista que esté atento a los cambios, a las modas, que tenga ganas de ponerse en juego; frecuentar cursos es muy importante, y aunque no se tenga nada que aprender desde el punto de vista técnico, confrontare con otros compañeros es una continua fuente de inspiración y de creatividad.
¿Es mejor secundar las características propias del pelo, como por ejemplo si es liso o
rizado o el color, o dominarlas, transformándolas como más nos guste?
¡Qué pregunta… Lo bonito es justamente dominarlo siempre!
Nessun commento:
Posta un commento